dimarts, de setembre 28, 2010

SOLIDARIDAD Y COMPROMISO: ÁFRICA COMO PRIORIDAD



Por razones históricas (y seguramente justificadas) la África subsahariana no había sido una prioridad en la política exterior española. Nuestra relación especial con Iberoamérica y con los países Mediterráneos de la ribera sur parecía que centraban la acción exterior y de cooperación.

Sin dejar de lado en absoluto estas regiones, los gobiernos socialistas han tenido la voluntad de conceder a África una atención preferente.

Un primer paso importante fue la creación de la Casa África, resultado del primer Plan África 2006-2008, que supuso poder gozar de un instrumento esencial en la nueva política exterior española hacia el continente vecino. Un espacio abierto y global, por el que las respectivas sociedades civiles de España y de los países africanos puedan mejorar su conocimiento recíproco. Es importante, en este sentido, que no tengamos la concepción exclusiva de aportar cosas, sino que tengamos la humildad suficiente de pensar que también podemos aprender mucho, porque así es.

El II Plan África, aprobado para el período 2009-2012, implica un compromiso cumplido e incide en tres grandes ámbitos:

. El respeto de los derechos humanos,
. La promoción de la igualdad de género y
. La sostenibilidad medioambiental.

A estos ámbitos se unen, evidentemente, los objetivos generales como son:

. el apoyo a los procesos de consolidación de la democracia
. la construcción de la paz y la seguridad en África,
. la contribución a la lucha contra la pobreza o
. la promoción de las relaciones comerciales entre España y África y el desarrollo económico africano.

Está bien tener objetivos y tener un horizonte ambicioso trazado, porque es la única manera de avanzar, pero seamos también honestos con nosotros mismos: hablar de África hoy sigue siendo hablar en primer lugar y como prioridad absoluta de la lucha contra la pobreza y del desarrollo humano y sostenible, en definitiva, de la necesidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos por Naciones Unidas.

Querría destacar, en todo caso, algunos datos que muestran este vuelco de la política exterior de nuestro país hacia África en algunos ejes concretos:

Las cifras de la Ayuda Oficial al Desarrollo reflejan el incremento progresivo y constante de los recursos destinados a nuestros vecinos: por ejemplo, de una media anual de 150 millones de 2000 a 2004, pasamos en 2007 a 1190 millones de euros.

El incremento exponencial de acuerdos bilaterales de protección recíproca de inversiones, fomentando las misiones comerciales y la participación en reuniones y foros, impulsando iniciativas y planes desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, como el Plan África de Infraestructuras o el Plan de impulso a la actividad empresarial en África Subsahariana.

En tercer lugar, nuestra presencia institucional se ha visto incrementada sustancialmente con seis nuevas embajadas, cinco de ellas en África occidental y otra en Sudán. Del mismo modo, se han creado representaciones en Gambia y en Liberia, y un consulado general en Dakar. Paralelamente, se ha impulsado la creación de nuevas oficinas técnicas de cooperación, consejerías económicas y comerciales y agregadurías sectoriales de los ministerios de Interior, Defensa y Trabajo y Asuntos Sociales, con el objetivo de reforzar el despliegue ya existente.

El compromiso de España con la paz y la seguridad en el continente ha sido especialmente notable en el Cuerno de África, región en la que España se ha comprometido con la estabilización de Somalia. Cabe destacar la participación de la armada española en la operación de lucha contra la piratería en el Océano Índico, lo que conocemos como Operación ATALANTA.

Sin duda, la vecindad y sobre todo los futuros retos globales han marcado la determinación del gobierno de España de dejar de mirar por el rabillo del ojo y mirar de frente al continente africano.

Hay intereses y objetivos imposibles de alcanzar si no es con mayor trabajo conjunto, buscando la cooperación y la coordinación de todos los países desarrollados. Se ha dicho en esta cámara en distintos debates cómo ha cambiado la dimensión de los problemas. Estaremos todos de acuerdo en que la promoción y la protección de los intereses comunes han pasado a ser algo que debe abordarse de manera global, porque los Estados individualmente cada vez tenemos menos peso, conseguir:

. La paz y la seguridad
. El respeto a los derechos humanos
. La calidad ambiental
. Un crecimiento económico equitativo
. Una estabilidad económica y financiera
. La justicia internacional,
. Un control de los flujos migratorios o
. El derecho a la alimentación y a recursos básicos como el agua o la energía para todas las personas del planeta

No son cuestiones que podamos abordar por separado, ni siquiera países de la dimensión de EEUU, sino que apremia el trabajo conjunto, en unidad de acción, apremia, en definitiva, el trabajo multilateral.

La Presidencia de turno española, así como la belga y la húngara, en el marco del trío de presidencias, se han concebido como una oportunidad más para reforzar las relaciones mutuas y para profundizar en los desafíos de la UE en África. Para ello, España ha liderado el diálogo político Unión Europea-África en el marco del Acuerdo de Cotonou. El papel de nuestro país va a ser importante para la preparación de la III Cumbre Unión Europea-África que tendrá lugar a finales de 2010.

Este es el reto más inmediato que tenemos por delante.

Es necesario, para concluir, situar a África en los debates parlamentarios y en consecuencia, en un tema importante para los españoles, porque lo es bajo muchos puntos de vista. Esta iniciativa tenía, este objetivo.