Señor Bosch, es posible que usted piense que hoy aquí está
haciendo un gran servicio a la historia de Cataluña, pero yo le digo y le
aseguro que le está haciendo un mal servicio, un muy mal servicio a los
catalanes y a las catalanas del momento actual, del presente. Con su
proposición de hoy no pretende aportar ninguna solución, sino exacerbar el
problema. Usa usted, y no es el único, un espacio que debería servir para el
diálogo como una plataforma para la confusión, para la manipulación de las
emociones y para la propaganda.
En definitiva, señorías, tanto los unos
como los otros, por mirar solo los intereses propios más inmediatos, están
poniendo a la sociedad catalana en una situación sin salida. El grupo
proponente y otras fuerzas políticas dicen ofrecernos acordar una consulta,
pero en realidad ni siquiera hacen eso porque lo que quieren es que acordemos
su referéndum de autodeterminación, con sus preguntas, con su día y con sus
condiciones. Y usted, señor Bosch, ¿cómo llama a esto, diálogo, negociación?
Señoras y señores diputados, lo hemos dicho
muchas veces, pero lo volveremos a hacer. Nosotros proponemos consultar un
acuerdo, votar, sí, pero de manera democrática y con las garantías
democráticas. Nuestra propuesta pasa por el reconocimiento, por la convivencia,
por la suma, por la unión de la complejidad; nuestra propuesta pasa por buscar
concordia y pactos. Nosotros les proponemos que nos sentemos, que nos sentemos
todos, y de verdad, a dialogar y a negociar para llegar a un acuerdo que
someteremos a consulta de todos y que debe representar la renovación del pacto
de convivencia que nos dimos en su momento todos los ciudadanos. La Ley de
Consultas, que para algunos es una mejora de la participación de los
ciudadanos, para otros, como ustedes, señores de Esquerra Republicana, parece
que solo sirve para un referéndum fijado de manera unilateral para el día 9 de
noviembre, al margen del diálogo, de la negociación y del pacto que nosotros
propugnamos como la única vía de solución. Ustedes han hecho una ley para un
solo día. Algunos respetamos las instituciones democráticas siempre y en todo
momento y otros, a conveniencia.
Termino, señora presidenta. Lo cierto,
señor Bosch, es que usted con su propuesta no nos da una oportunidad de elegir
a la mayoría de los catalanes; por el contrario, nos obliga a renunciar. La
última encuesta del CEO, Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat de
Catalunya de hace apenas dos semanas, preguntaba a los catalanes sobre sus
sentimientos de identidad. El 27 % se sienten exclusivamente catalanes, el 70 %
también nos sentimos españoles. Así, con su diseño, lo que nos piden al 70 % de
los catalanes no es que elijamos, sino que renunciemos a nuestra identidad
plural.
Señor Bosch, usted ha hablado de
normalidad, de sensatez y de justicia y yo le digo que no hay normalidad, ni
sensatez ni justicia sin respeto a la ley y sin respeto a las instituciones
democráticas, a todas las instituciones democráticas. Háganlo, háganlo para que
después podamos iniciar el único camino posible, el del diálogo, el de la
negociación y el de un nuevo pacto constitucional que nos permita seguir
viviendo en convivencia. Permitan que se abra el tiempo de la política.
Muchas gracias.
Pleno 07 octubre 2014
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